Los embalses españoles rebasan los límites permitidos en algunos tipos de cianotoxinas, unos compuestos naturales tóxicos que aparecen en el agua dulce, y cuya acción puede promover la aparición de tumores hepáticos o causar la muerte, en condiciones extremas.
Así se desprende de un estudio realizado en aguas de numerosos embalses españoles por un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid, que ha dirigido durante doce años el investigador Antonio Quesada.
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Los resultados de este análisis, cuyas conclusiones aparecen publicadas en el último número de la revista "Journal of Phycology", revelan que las cianotoxinas son "relativamente frecuentes" y que están presentes en el 20 por ciento de los embalses españoles en algún momento del año.
Asimismo, el estudio concluye que la presencia de microcistinas -un tipo de cianotoxina capaz de actuar como promotor de tumores hepáticos- es habitual en muchos embalses españoles en concentraciones relativamente elevadas.
Según ha explicado Quesada a Efe, las microcistinas pueden acumularse de forma masiva en la orilla de los embalses y alcanzar valores hasta mil veces superiores a los límites legales establecidos para aguas tratadas destinadas al consumo.
Durante la investigación, los científicos detectaron además altas concentraciones de cilindrospermopsina -otra cianotoxina que no aparece en la legislación- en algunos embalses españoles, lo que constituye "la primera aparición masiva de este compuesto en Europa".
Las cianotoxinas son compuestos naturales tóxicos que producen las cianobacterias y cuya presencia en aguas de recreo o baño genera un riesgo para la salud de las personas, según reconoce de forma explícita la nueva Directiva Europea de Aguas de Baño y la legislación española que la transpone.
Los científicos advierten del peligro que representan las cianotoxinas en aguas de baño, puesto que, mientras que el tratamiento al que se somete el agua de consumo elimina presumiblemente las toxinas, el agua de baño no es tratada del mismo modo.
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