Sólo algunas aguas cercanas a los Polos están libres de sufrir el impacto de la acción del hombre. Ésta es una de las principales conclusiones del primer mapa de la huella humana en los océanos, que advierte de que la capacidad para generar recursos de estos ecosistemas está menguando debido a la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático.
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Las regiones más afectadas son el Caribe oriental, el Mar del Norte y las aguas de Japón, indica el mapa, que ayer publicó la revista "Science". "Nuestros resultados reflejan que cuando se suman estos y otros impactos individuales, el cuadro general es mucho peor de lo que nos habíamos imaginado", aseguró el autor principal de la investigación, Benjamin Halper, del Centro Nacional para la Ecología de la Universidad de California (EE.UU.).
Halper y su equipo recopilaron datos de diferentes fuentes y los volcaron en un modelo que asignó a cada kilómetro cuadrado de océano un valor único. Este valor refleja el conjunto de impactos de todos los cambios inducidos por los humanos en ese espacio en concreto. Y el resultado revela que no hay casi ningun área del océano que esté completamente a salvo de las actividades humanas.
En la escala de afección que han utilizado no existe el valor 0, sino que el más bajo se refiere a un impacto menor de 1,4. En este sentido, y aunque muchas zonas de las regiones polares aparezcan por ahora por debajo de esa cifra, los investigadores advierten de que es probable que, a medida que el cambio climático caliente esas áreas, la mano del hombre acabe llegando hasta allí.
El estudio no tiene en cuenta la polución atmosférica, que es particularmente alta en el Ártico. Donde ésta ya ha llegado es a un 41% de los océanos con un impacto medio alto y alto. Los ecosistemas más afectados son las plataformas continentales, los arrecifes rocosos, los arrecifes de coral, las praderas y las montañas submarinas.
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