La asociación para la Defensa de la Naturaleza de Caravaca de la Cruz (Caralluma) denunció hoy en un comunicado el hallazgo de nueve buitres leonados muertos en los linderos de El Roblecillo de Arriba de este municipio, lo que ha puesto en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) el encargado de la finca.
Según la nota de prensa de Caralluma, estas rapaces necrófagas se encontraban a unos veinte metros del cadáver de un perro "que presumiblemente había ingerido algún cebo envenenado, que al ser devorado por estos, murieron intoxicados fulminantemente".
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Seprona y la guardería de la Dirección General del Medio Natural de la Comunidad Autónoma de Murcia rastrearon la zona, pero no hallaron ningún otro animal muerto ni cebos, "aunque es posible que otros buitres que ingirieran menos tóxico letal hayan volado y mueran a gran distancia".
La mayoría de los individuos eran adultos y subadultos, por lo que eran aves no migratorias asentadas en la zona, añade la fuente.
Al ser época de reproducción, a los tres días de la mortandad, la asociación Caralluma realizó el censo de la buitrera más próxima al lugar, situada a unos cinco kilómetros, en la Sierra de Mojantes y aparentemente no ha afectado a ninguna de las parejas con nido.
En otros cotos de caza colindantes a El Roblecillo, como Los Almendros, hubo en el pasado episodios de presuntos envenenamientos denunciados en su día por Caralluma.
Años atrás los buitres en esta comarca apenas comían restos que no fueran de ganadería, pero con las medidas sanitarias impuestas y la obligación de retirada de cadáveres del ganado para incineración, la hambruna de los buitres ha provocado que otros animales entren con mayor frecuencia en la dieta de estas rapaces carroñeras.
A través de la cadena alimenticia, perros o zorros que puedan estar intoxicados provocan la mortandad de estas aves.
La colocación de venenos para el control de predadores en el campo y cotos de caza está contemplado como delito por la Ley, advierte Caralluma, asociación que además llama la atención por el hecho de que la lenta recuperación de la población de buitres conseguida en décadas puede verse abocada de nuevo a la extinción en pocos años.
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