Las eliminación de los marsupiales, que son anestesiados antes del sacrificio, responde a un intento del Gobierno por controlar la población de estos animales, cuyo excesivo número daña la supervivencia de otras especies en peligro de extinción, informó la radio australiana ABC.
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Un grupo de defensores de los animales han acudido al centro militar de Belconnen para protestar contra la que consideran una "matanza", que se lleva a cabo en un área protegida.
El Gobierno suspendió hace seis semanas la operación después de una campaña internacional de los grupos defensores de los animales, que recibieron el apoyo del cantante británico MacCartney.
Las autoridades se comprometieron a estudiar la posibilidad de trasladar a los animales a una reserva, pero descartaron la medida porque consideraron excesivos los 3,4 millones de dólares (2,2 millones de euros) que costaría la operación.
Sin embargo, los defensores de los animales dicen que el transporte de los animales sólo supondría 720.000 dólares (unos 464.000 euros).
La portavoz de la Coalición Nacional para la Protección de Canguros, Pat O'Brien, pidió hoy el apoyo de Paul McCartney y de la organización Voz Internacional de los Vegetarianos por los Animales (VIVA), a quienes solicitó ayuda financiera para el transporte de los canguros.
Algunos científicos argumentan que el traslado de los canguros es una tarea difícil y peligrosa y dudan de que los animales vayan a sobrevivir en áreas pobladas por otras manadas.
De entre las más de sesenta especies de canguros, las más numerosas en Australia son la gris y la roja, que superan los cincuenta millones de ejemplares.
Un exceso de estos marsupiales destruye el hábitat de otras especies autóctonas en peligro de extinción, como lagartos e insectos, lo que ha llevado a las autoridades a querer controlar su población.
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