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domingo, 17 de agosto de 2008

La superficie forestal quemada en los primeros meses del verano, 15 veces menor que en 2007

La superficie forestal quemada en junio y julio de este año se redujo un 93 por ciento respecto al mismo período de 2007 -pese a que el número de siniestros cayó sólo un 13 por ciento-, pero ecologistas y agentes forestales alertan de que lo que resta de verano aún puede arruinar estos datos positivos.

Desde el 1 de junio al 3 de agosto de este año ardieron en España 3.268 hectáreas de superficie forestal como consecuencia de 1.946 siniestros, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.

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Durante el mismo período de 2007 la superficie arrasada fue quince veces mayor, más de 49.000 hectáreas y el número de incendios y conatos fue ligeramente mayor que en junio y julio de 2008, 2.233.

La gran caída de la superficie total arrasada frente a la más atenuada del número de incendios se debe, en opinión del responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, a la eficacia de los medios de extinción, que se llevan dos de cada tres euros invertidos en la lucha contra el fuego.

"La respuesta es más rápida y los fuegos se apagan mejor", ha explicado a Efe Soto, aunque ha destacado que lo ideal sería mejorar la prevención.

En el descenso tanto del número de incendios como de la superficie arrasada este verano ha intervenido el azar, una primavera más fresca y lluviosa, y "quizás el que la ciudadanía ha interiorizado determinadas conductas cívicas", ha añadido.

No obstante, estos buenos datos pueden irse al traste por una barbacoa como la que provocó el incendio de Guadalajara de 2005, que dejó once fallecidos y cerca de 13.000 hectáreas calcinadas.

El riesgo será mayor en lo que queda de agosto y en septiembre si no llueve, ya que el aumento de las precipitaciones a finales de esta primavera disminuyó algo el peligro de incendios en el inicio del verano al reducir la sequedad del terreno pero provocó un aumento de la biomasa que no ha habido tiempo de retirar, ha explicado a Efe el portavoz del sindicato de agentes forestales SAFTAM, Telmo Guerreiro.

Debido a la ausencia de lluvias durante las últimas semanas, esta vegetación está cada vez más seca y disponible para arder.

Entre el 1 de enero y el 3 de agosto de este año el número de siniestros en España aumentó un 35 por ciento respecto al mismo período de 2007 (8.078 frente a los 5.288 del año anterior) y sin embargo la superficie quemada se redujo a menos de la mitad (26.365 hectáreas frente a las 58.088 de 2007).

Una primavera y verano benignos interrumpieron la tendencia negativa del invierno, que fue malo y muy seco y en el que incendios y superficie se multiplicaron respecto a 2007, ha explicado Soto.

Existe una tendencia de disminución de incendios y superficie desde 2006, ha apuntado Soto, quien ha destacado que se ha notado la acción de las Fiscalías de Medio Ambiente, que también realizan ahora una labor de prevención.

El 55 por ciento de los incendios ocurridos entre enero y agosto se produjeron en el noroeste de España (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, y las provincias de León y Zamora); en esta zona se calcinó el 71 por ciento de la superficie total quemada.

Las comunidades del interior de la Península sufrieron el 30 por ciento de los incendios pero sólo ardió en ellas el 18 por ciento de la superficie total, y en las autonomías del litoral mediterráneo se produjo el 14 por ciento de los incendios y se acumuló el 9 por ciento de la superficie calcinada.

En Canarias se registró el 1,37 por ciento de los incendios que arrasaron un 1,50 por ciento de la superficie total.

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