Con el doble nacimiento, el zoológico mexicano cuenta ya con siete antílopes de esta especie, declarada extinta en libertad en 2007 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
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El antílope Orix Cimitarra toma su nombre de sus largos cuernos anillados que alcanzan hasta 1,5 metros de longitud, curvados hacia atrás en forma de cimitarra.
Es de color predominantemente blanco, con tonos rojizos en las patas y el cuello, alcanza una longitud de entre 1,90 y 2,20 metros, una altura de 45 a 60 centímetros y un peso de entre 135 y 140 kilos.
Su hábitat natural eran las zonas semidesérticas que rodean el desierto del Sahara, desde Marruecos hasta Egipto y Sudán, y en 1985 se calculaba que quedaban unos 500 ejemplares.
Desde 1988 no hay informes que confirmen la existencia de ejemplares en estado silvestre, y en 1996 se cuantificaban en 1.250 el número de ejemplares en cautiverio.
El año pasado se inició en Túnez un programa para reintroducir a la especie en la vida natural, pero no será hasta 2012 cuando se pueda precisar si el animal podrá ser considerado en peligro de extinción en la vida silvestre, en lugar de extinto.
El zoológico de Chapultepec registró además el nacimiento de un mono ardilla, una especie que se encuentra en peligro de extinción, el cual "fue recibido por los siete miembros que actualmente confirman la manada", explicó el parque.
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