Actualmente quedan unos 2.000 lobos ibéricos en la Península, en peligro a causa de factores como la caza ilegal, los envenenamientos o el impacto humano sobre los ecosistemas donde habitan. Los expertos alertan ahora de que la hibridación entre lobas y perros también supone un elemento muy negativo para su supervivencia.
Según la genetista que ha dirigido el estudio, Raquel Godinho, la hibridación entre poblaciones domésticas y silvestres puede conducir a "la pérdida de la diversidad genética" de esta última, así como a su dificultad de adaptación local unida a su extinción mediante la modificación morfológica, fisiológica y de comportamiento.
Aún se trata de un fenómeno poco habitual y restringido, pero sin duda a tener en cuenta si se quiere evitar la desaparición de esta emblemática especie.
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