El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, firmó hoy un decreto que declara las aguas del mar territorial y de la zona económica exclusiva del país como áreas protegidas para cetáceos, constituyendo el territorio en un santuario para delfines y ballenas.
El decreto prohíbe toda actividad que persiga, capture, hiera, trasiegue o comercialice delfines o ballenas en las aguas territoriales del país centroamericano.
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"Un santuario ballenero es un área con presencia de cetáceos mayores relevantes en su número, diversidad o importancia por su actividad alimenticia, ruta migratoria y área protegida. En estas áreas se acuerda evitar el desarrollo de actividades negativas para los cetáceos", indica un comunicando oficial.
Según Arias, la creación de un santuario marino para estas dos especies se enmarca en los esfuerzos que hace el país a través de la Iniciativa Paz con la Naturaleza para conservar la biodiversidad y los recursos existentes.
"Hace muchos años, Costa Rica le declaró la paz al mundo y abolió sus fuerzas armadas, convirtiendo las húmedas paredes de los cuarteles, en cálidos salones de clase para los estudiantes. Hoy, hay otro acuerdo de paz que firmar, y otras fuerzas armadas que esperan su abolición: debemos firmar la paz con nuestro ambiente y abolir las fuerzas que lo destruyen", dijo Arias durante una gira por la Península de Osa (Pacífico sur).
Por su parte, Roberto Dobles, ministro de Ambiente y Energía (MINAE), destacó que con esta medida Costa Rica está de nuevo a la vanguardia en lo que se refiere a la protección de la biodiversidad.
Organizaciones ambientalistas celebraron la medida pues el Pacífico costarricense es uno de los lugares donde se ven ballenas con mayor frecuencia, especialmente jorobadas.
"Diariamente llegan turistas de todo el mundo para apreciar de cerca y en vivo a estas gigantes del mar", y con este decreto se facilita su protección, manifestó la organización Marviva en un comunicado.
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