La preocupación por el medio ambiente, con la amenaza del cambio climático de por medio, ha sido el asunto estrella de 2007. El mito de la modernidad, el de aspirar al crecimiento ilimitado en un planeta de recursos limitados se tambalea cuando la humanidad se enfrenta al reto de satisfacer su gran necesidad de energía sin destruir el entorno del que depende. La solución que se busca es ese quimérico desarrollo sostenible que pretende «satisfacer las demandas actuales sin impedir con ello las de las generaciones futuras».
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El mundo no hubiera llegado a esta conciencia sin la labor de quienes advirtieron los estragos producidos por el avance de la huella humana sobre el planeta. Un hombre del stablishment como Al Gore protagoniza en los últimos meses las demandas de acción y ha recogido el testigo del movimiento social que, desde finales de los 60, dio luz al ecologismo moderno.
Por entonces, en España, Félix Rodríguez de la Fuente, mostraba a millones de ciudadanos las maravillas del campo y sembraba la semilla que seguirían miles de apasionados amantes de la vida silvestre. Félix recogía el testigo de José Antonio Valverde o Francisco Bernis, científicos que salvaron Doñana de los planes de desecación franquistas. Antes estuvieron Lucas Mallada, Eduardo Hernández Pacheco... o Felipe V, Felipe II o Alfonso X que dictaron decretos sobre la protección de los bosques y la plantación de árboles.
Los males del siglo XX avivaron la preocupación por la naturaleza, pero esta es una inquietud tan vieja como el hombre. Científicos, sabios, filósofos, campesinos, cazadores, personas anónimas o famosas dieron la alarma durante siglos:
«La tierra tenía montañas coronadas de tierra y las llanuras que ahora se dicen de suelo rocoso estaban cubiertas de tierra fértil. [...] Había grandes bosques [...], pues en las montañas que ahora sólo tienen alimento para las abejas se talaban árboles no hace mucho tiempo para techar las construcciones [...]. Además, gozaba habitualmente del agua, sin perderla, como sucede en el presente que fluye del suelo desnudo al mar [...] al tener mucha tierra [...] servía de retén [...] y proporcionaba fuentes de manantiales y ríos. Tal era el país, al que cultivaban verdaderos agricultores, amantes de lo bello y la buena naturaleza».
El ecologista que escribió estas líneas se llamaba Platón y vivió en Grecia (Diálogos VI. Critias. Biblioteca Clásica Gredos. Págs. 282-283). Los pioneros del medio ambiente, como se ve, han sido muchos y dispares. Hoy en día ocurre lo mismo.
Están en las selvas tropicales, en desiertos, en laboratorios o en oficinas. Algunos tienen una alta repercusión mediática y su mensaje llega a todas partes. Pero muchos otros hacen su trabajo en la sombra y el reconocimiento parece no llegarles nunca. Líderes, emprendores, sabios y luchadores son las cuatro categorías en las que hemos dividido este repaso a las personas que, en 2008, están trabajando para cambiar el mundo. Figuran 50, pero son muchas más.
Los 50 elegidos
Entre ellos hay LÍDERES, personas con capacidad de cambiar las cosas desde los órganos de poder o desde las tribunas de los medios de comunicación o el cine. Son nombres como Angela Merkel, David Attemborough o Leonardo Di Caprio.
Los EMPRENDORES, a través de su iniciativa, son capaces de solucionar grandes problemas ambientales, como Abul Hussam, inventor de un sencillo aparato capaz de descontaminar el agua de dos familias durante cinco años, o de demostrar que los negocios verdes pueden ser más lucrativos que las grandes petroleras, como ha hecho el magnate chino de los paneles solares Shi Zengrong.
Entre los SABIOS hay científicos tan conocidos como el padre de la palabra biodiversidad, Edward O. Wilson, y tan desconocidos como el glaciólogo Loonie Thompson, que fue el primero en alertar del retroceso de los hielos perennes de alta montaña en los trópicos.
Y están los LUCHADORES, que se ven empujados al recurso de la acción, como el naturalista y salvador del hoy Parque Nacional de Monfragüe, Jesús Garzón, o la rusa Olga Tsepilova, quien se ha enfrentado al gobierno de su país para dar a conocer los peligros que suponen los residuos nucleares.
Las amenazas que rondan a nuestro planeta son tan variadas que no lo podían ser menos los perfiles de nuestros héroes ambientales. Hay mucho trabajo que hacer, desde cualquier área del conocimiento y desde todos los rincones del mundo. La redacción de NATURA dedica el modesto gesto de elaborar esta lista de pioneros del medio ambiente, de ejemplos a seguir.
Texto extraido de: http://www.elmundo.es
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