Un 24,3 por ciento de la superficie arbolada de los Parques Nacionales españoles está enferma (23,8 por ciento) o muerta (0,5 por ciento), según pone de manifiesto el primer Informe de Situación de la Red de Parques Nacionales a 1 de enero de 2007, analizado hoy por el Consejo de Ministros y remitido al Senado. Hace siete años, la mala salud o la desaparición de árboles en estos espacios naturales afectaba a un 14 por ciento de su arbolado, es decir, 10 puntos menos.
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"Uno de los problemas que tienen que afrontar estos espacios es el estado fitosanitario de sus masas forestales --explica el secretario general de Territorio y Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Antonio Serrano--. El arbolado sano tiende a disminuir en el conjunto de la Red debido a que son árboles de mucha edad y al efecto del cambio global y la contaminación".
Por tanto, esta es una de las cuestiones que hay que mejorar en los próximos años, según avanzó en declaraciones a Europa Press. Este informe, elaborado por la Red de Parques Nacionales y que deberá ser actualizado cada tres años, recuerda que hace algo más de un año había en España 13 Parques Nacionales (posteriormente se declaró el de Monfragüe, en Cáceres), con una extensión de 330.000 hectáreas, es decir, un 0,62 por ciento del territorio. Casi un tercio de esta superficie es forestal (107.789 hectáreas).
Otro de los aspectos en los que la Red de Parques Nacionales deberá incidir es en la eliminación de actividades incompatibles con estos espacios, especialmente las energéticas (sobre todo hidroeléctrica) y las vías de comunicación. Según el estudio, desde 1999 se han suscrito 27 convenios para suprimir este tipo de actividades (sólo en 2004 se suscribieron 13 de ellos), de los que 24 eliminaban el aprovechamiento cinegético, 2 derechos mineros y 1 aprovechamientos madereros. Estos convenios supusieron un desembolso de 16 millones de euros.
Además, en el periodo 2000-2006 se produjeron 129 incendios en los Parques Nacionales, que quemaron un total de 1.867 hectáreas (1.140 corresponden al parque Nacional de Sierra Nevada), es decir, un 0,56 por ciento de su superficie. Por otro lado, se ha detectado la presencia de 91 especies alóctonas (que no pertenecen originariamente a estos territorios y podrían convertirse en invasoras), de las que 29 son especies de fauna vertebrada y 62 son variedades de flora.
"En síntesis, se puede decir que el estado de los Parques Nacionales en España es positivo, aunque existen desequilibrios significativos entre cada uno de ellos -añadió Serrano-. En general, cumplen adecuadamente su función de representar la variedad de ecosistemas presentes en España (85 por ciento), menor en el caso de los marinos, la calidad de su conservación es buena y hay una representación adecuada de especies en peligro de extinción (39)".
A su juicio, esta buena gestión se debe a que más del 80 por ciento de la superficie de los parques es de titularidad pública. En todo caso, todavía quedan por obtener representación los paisajes esteparios ibéricos y las comunidades biológicas marinas de las Islas Canarias.
En el ranking de mejores conservados, las Islas Atlánticas, el archipiélago de Cabrera y la Caldera de Taburiente, obtienen la mejor nota, mientras que la peor es para el Parque Nacional de Tablas de Daimiel, especialmente dañado por la sequía y la sobreexplotación de sus acuíferos.
Por otro lado, un total de 11 millones de personas visitaron un Parque Nacional en 2006, aunque un 60 por ciento de estas entradas se concentran en Canarias y un tercio en el Teide. En siete años, los Parques han recibido la visita de más de 100 millones de personas, a pesar de que un 36 por ciento de los españoles desconoce su existencia. La valoración de los asistentes a estos espacios naturales es muy positiva.
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