La carne de los reptiles, que son animales protegidos, se encontraba oculta en cuatro balsas en una reserva ecológica del estado brasileño de Amazonas e iba a ser conducida hacia la desembocadura del río, apuntaron los fiscales del Ipaam responsables por la aprehensión.
La directora del instituto, Aldenira Queiroz, consideró que el descubrimiento demuestra que "existe una operación regular" de contrabando de este tipo de carne y aseguró que el Ipaam "va a continuar investigando" el caso, en declaraciones recogidas por medios digitales.
La carne de caimán fue descubierta por casualidad, ya que los técnicos del Ipaam investigaban una red de deforestación ilegal.
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