La ranita de San Antón (Hyla arborea), una especie con poblaciones «muy exiguas y desconectadas» en el País Vasco, corre el riesgo de desaparecer en Amorebieta por la escasez de humedales apropiados para su reproducción. Así lo advirtió la Sociedad de Ciencias Aranzadi en la presentación del estudio sobre el entorno natural de Amorebieta. Junto a esta especie, y la más que posible presencia de la amenazada rana ibérica, la directora del proyecto Leticia Martínez de Murgia informó de la baja densidad del lagarto verdinegro, cuyo macho en época de celo colorea su cabeza y garganta de azul cobalto. Esta especie, endémica en la península Ibérica y concentrada en el cuadrante noroccidental, sólo se ha encontrado en el barrio zornotzarra de Arkotxa.
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La existencia de numerosas especies amenazadas en las riberas del Ibaizabal y sus regatas, en los prados y bosques, así como en los regenerados hayedos es una de las conclusiones del estudio realizado por Aranzadi con la financiación de la Fundación Alcoa y la colaboración del Ayuntamiento. Estos dos reptiles, junto al cangrejo autóctono, el visón europeo, el turón, la gineta, el alcaudón dorsirrojo, el martín pescador, el pájaro carpintero, el alcotán europeo, el aguililla calzada forman parte de las 32 especies amenazadas moran en el territorio de Amorebieta.
Esta localidad, comprendida entre Urdaibai y Urkiola, conforma un «ecosistema único» en la región con una aplaudible diversidad ambiental. Esta excepcional ubicación ha permitido la aparición de la culebra de esculapio, cuya existencia se desconocía, y que une así Urkiola y Urdaibai, los dos núcleos conocidos de este reptil en la provincia, comentó Leticia Martínez de Murgia.
El estudio, entregado a los seis centros del municipio y al propio Ayuntamiento como «herramienta para la toma de decisiones con relación a la conservación de hábitats, restauración, protección de la biodiversidad, ordenación del territorio y la educación ambiental al nivel municipal», reúne observaciones sobre geología, geomorfología, climatología, fauna o flora e incluye propuestas encaminadas a proteger el medio ambiente y preservar el área de las amenazas a las que está expuesta.
Entre los cuatro tipos de bosques -alisedas, robledales, melojares y hayedos- que crecen en suelo zornotzarra, Martínez de Murgia destacó «la regeneración de los robledales jóvenes por abandono de zonas agrarias», que supone el 50% de los bosques naturales. También propuso un plan de restauración y conservación de las alisedas, «un hábitat catalogado que alberga una gran biodiversidad y muchas especies amenazadas sino que, además, la vegetación de ribera juega un papel significativo en la prevención de la erosión y los eventos de inundación», apuntó durante un acto en el que estuvo presente el alcalde de Amorebieta, David Latxaga, y el director de la planta Alcoa-Amorebieta, Ricardo Zalba, además de distintos miembros de la Corporación y asociaciones culturales y deportivas, además de representantes de los centros educativos.
En su arduo trabajo, la Sociedad Aranzadi ha encontrado dos arbustos o arbolillos únicos en Vizcaya. Se trata del 'Prunus lusitanica' y 'Sorbus latifolia'. Existen, además, otras siete especies de «interés especial» en el municipio. Se trata de tres helechos, una planta carnívora y un narciso, además de los leñosos tejos y acebos. Así, teniendo en cuenta estas nueve especies de flora suman 41 las especies de flora y fauna incluidas en catálogos de protección presentes en el municipio.
El estudio concluye con la apuesta por la recuperación de charcas, trampales, de zonas forestales y hayedos, prados, árboles viejos, además del mantenimiento de refugios de vegetación y fauna en áreas de plantaciones. Plantea, asimismo, la potenciación del Centro de Interpretación Medioambiental del parque botánico de Jauregibarria para convertirse en Centro de Interpretación de la Naturaleza del Duranguesado.
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